Este conjunto residencial se organiza en un bloque en L que se adapta a la geometría de la parcela, con frentes a la avenida principal y a la zona verde interior de la manzana. La promoción se articula en dos portales con acceso desde el interior del conjunto, conectados por un soportal privativo que actúa como transición entre el espacio público y la zona común. Esta configuración permite una relación fluida entre las viviendas y las áreas ajardinadas, favoreciendo la vida comunitaria y la integración con el entorno.

La planta baja incorpora un soportal público que da paso a las zonas comunes, donde se sitúan la piscina, áreas de estancia y espacios verdes, diseñados como extensión natural del conjunto residencial. Las 97 viviendas se distribuyen en tipologías de 2, 3 y 4 dormitorios, con una organización que minimiza los recorridos verticales y diferencia claramente los accesos. Bajo rasante, dos niveles de sótano albergan plazas de garaje, trasteros y cuartos técnicos, con acceso rodado independiente que no interfiere en la circulación peatonal.

El diseño del edificio responde a criterios de claridad funcional, confort interior y eficiencia en la implantación, adaptándose a las condiciones topográficas del solar. La envolvente, el tratamiento acústico y la distribución de los espacios interiores han sido proyectados para garantizar una experiencia residencial equilibrada, donde la calidad del espacio y la relación con el exterior son elementos clave de la propuesta.

Las viviendas se distribuyen en tres tipologías, todas con tres dormitorios, jardín privado y una cuidada distribución interior. La planta baja acoge las zonas de día, mientras que la planta superior se destina al descanso. La cubierta alberga las instalaciones técnicas, incluyendo sistemas de climatización y captación solar. El diseño busca maximizar la luz natural y el confort térmico, adaptándose a las condiciones del entorno y a las necesidades actuales de habitabilidad.

La construcción combina eficiencia energética, sostenibilidad y calidad en los acabados. Se emplean sistemas estructurales de hormigón armado, cerramientos con aislamiento térmico-acústico, carpintería de aluminio con rotura de puente térmico y suelos cerámicos y laminados. Todo el conjunto responde a criterios de accesibilidad, seguridad y funcionalidad, ofreciendo un entorno residencial moderno, equilibrado y pensado para el bienestar.